La fresa

La fresa, es una planta herbácea vivaz de porte bajo de un género de la familia de las Rosáceas (Rosaceae), de nombre científico Fragaria vesca, y de fruto comestible. Nuestra región se caracteriza por la producción del fresón, un fruto de mayor tamaño que la fresa común o silvestre, de forma redondeada, acorazonada o en algunos casos cónica. De color rojo intenso y brillante. Su pulpa es firme, deshaciéndose en la boca a la más mínima presión, con un sabor dulce y un aroma intenso muy agradable.

La fresa es una fruta muy rica en Vitamina C, en minerales como el Potasio, Magnesio, Calcio y también contienen Folatos, ácido Cítrico, ácido Málico, ácido Oxálico, antioxidantes y flavonoides. Diversas fuentes e investigaciones confirman que consumir fresas es una parte importante de una dieta saludable. Comer sólo una porción de fresas, o cerca de seis de estas deliciosas frutas al día, puede ayudar a mejorar la salud del corazón, disminuir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y disminuir la presión arterial.

Ciertas investigaciones también muestran que las personas que comen fresas de manera regular tienen mayores niveles en sangre de ácido fólico, vitamina C, Fito nutrientes y una mayor ingesta de fibra. Las fresas también contienen vitamina A, vitamina E y menores cantidades de otras vitaminas como B1, B2, B3 y B6. En general esta fruta aporta grandes cantidades de elementos muy necesarios para nuestra salud, sobre todo sustancias antioxidantes que protegen al cuerpo y fortalecen el sistema inmune.


Beneficios para la salud

Las fresas son una parte muy representativa de la familia de las “Berries”, frutas consideradas “nutrientes inteligentes”. La incorporación de estas deliciosas frutas a nuestra dieta diaria es una parte muy importante de un estilo de vida saludable. Las fresas frescas contienen una gran cantidad de nutrientes vitales y antioxidantes. Estos son compuestos naturales que ayudan a proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres o moléculas responsables del envejecimiento y algunas enfermedades. Cuando nuestro cuerpo utiliza el oxígeno, produce radicales libres, que pueden dañar nuestras células. Los antioxidantes pueden ayudar a prevenir o retardar el daño.

Los problemas de salud tales como enfermedades del corazón, cáncer, degeneración macular, la diabetes, la artritis, la hipertensión y la enfermedad de Alzheimer pueden ser creados por el daño oxidativo, pero los antioxidantes, cuando está presente en cantidades significativas, puede contrarrestar el efecto, protegiendo las células sanas, reduciendo la inflamación y previniendo del daño celular.